Albóndigas en salsa de tomate

Albóndigas en Salsa de Tomate: Jugosas, Sabrosas y Llenas de Amor Casero 🍅🥘💖

1. Introducción

Las albóndigas en salsa de tomate son uno de esos platos tradicionales que nunca pasan de moda en la cocina española. Este delicioso manjar, que combina la suavidad de la carne con el sabor intenso del tomate, es perfecto para cualquier ocasión, desde una cena familiar hasta un almuerzo especial. Lo mejor de todo es que se prepara con ingredientes económicos y accesibles que probablemente ya tengas en tu despensa. ¿Quieres aprender a hacer las albóndigas más jugosas y sabrosas? ¡Sigue leyendo!

2. Ingredientes para las mejores albóndigas

Para preparar esta receta de albóndigas en salsa de tomate que hará las delicias de todos, necesitarás los siguientes ingredientes (para 4 personas):

• 500 g de carne molida (lo ideal es una mezcla de cerdo y ternera para mayor jugosidad)
• 1 huevo grande (actúa como ligante para que las albóndigas no se deshagan)
• 2 dientes de ajo picados finamente (puedes añadir más si te gusta el sabor intenso)
• 1 cebolla pequeña picada (preferiblemente morada para un toque más dulce)
• 50 g de pan rallado (puedes usar pan del día anterior remojado en leche para mayor jugosidad)
• 2 cucharadas de perejil fresco picado (también puedes usar otras hierbas como cilantro o albahaca)
• Sal y pimienta negra recién molida al gusto
• 400 g de tomate triturado natural (o 4 tomates maduros pelados y triturados)
• 1 cucharadita de azúcar (para contrarrestar la acidez del tomate)
• 1 hoja de laurel fresco (da un aroma increíble a la salsa)
• Aceite de oliva virgen extra (imprescindible para la cocción)

Si te gustan las recetas con carne, no dejes de probar nuestro pollo con crema de almendras, otro clásico que te encantará.

3. Elaboración paso a paso

Paso 1: Preparar la mezcla de las albóndigas

En un bol grande, coloca la carne molida y añade el huevo batido, el ajo picado, la cebolla (previamente pochada si quieres un sabor más suave), el pan rallado y el perejil fresco. Sazona con sal y pimienta al gusto. Con las manos limpias (o con guantes si prefieres), mezcla todos los ingredientes hasta obtener una masa homogénea. Es importante que la mezcla quede compacta pero no demasiado apretada para que las albóndigas queden tiernas. Si la mezcla está muy blanda, añade un poco más de pan rallado; si está muy seca, un chorrito de leche o agua.

Paso 2: Formar las albóndigas perfectas

Para que las albóndigas queden uniformes y se cocinen por igual, humedece ligeramente tus manos con agua fría antes de empezar a moldearlas. Toma porciones de aproximadamente 30-40 gramos (el tamaño de una nuez grande) y forma bolas presionando ligeramente para compactarlas, pero sin apretar demasiado. Colócalas sobre una bandeja o plato plano mientras terminas todas. Un truco profesional es pasarlas ligeramente por harina antes de cocinarlas para que queden más crujientes por fuera.

Paso 3: Dorar las albóndigas a la perfección

En una sartén antiadherente grande o en una cazuela ancha, calienta un buen chorro de aceite de oliva virgen extra a fuego medio-alto. Cuando el aceite esté caliente (pero no humeando), añade las albóndigas con cuidado de no amontonarlas. Es mejor hacerlo en dos tandas si es necesario. Dóralas durante 2-3 minutos por cada lado, dándoles vueltas con cuidado con una cuchara de madera o unas pinzas, hasta que estén bien selladas y doradas por todos lados. Este paso es crucial porque sella los jugos en el interior. Retíralas a un plato cubierto con papel absorbente para eliminar el exceso de grasa.

Si te gustan los platos con salsa, te recomendamos nuestro wok de pollo con verduras, otra receta llena de sabor.

Paso 4: Preparar la salsa de tomate casera

En la misma sartén donde doraste las albóndigas (sin limpiarla para aprovechar los sabores), añade un poco más de aceite si es necesario y sofríe el tomate triturado a fuego medio. Añade el azúcar (para contrarrestar la acidez) y la hoja de laurel. Si quieres una salsa más completa, puedes añadir también media cebolla picada finamente y un diente de ajo machacado en este punto. Cocina la salsa durante 5-7 minutos removiendo ocasionalmente hasta que reduzca ligeramente y pierda el sabor crudo del tomate.

Paso 5: Cocinar las albóndigas en la salsa

Baja el fuego a medio-bajo y devuelve las albóndigas a la sartén, sumergiéndolas en la salsa. Tapa parcialmente y deja cocinar durante 15-20 minutos, dándoles la vuelta con cuidado a mitad de cocción. La salsa debe estar burbujeando suavemente, no hirviendo a borbotones. Si ves que se reduce demasiado, añade un poco de caldo de carne o agua tibia. Las albóndigas estarán listas cuando al pincharlas con un palillo, el jugo salga claro.

Para más recetas tradicionales, visita nuestro blog de cocina donde encontrarás muchas ideas.

4. Consejos profesionales y variaciones

• Para albóndigas ultra jugosas: Remoja el pan rallado en leche (o caldo) durante 10 minutos antes de mezclarlo con la carne. También puedes añadir 1 cucharada de nata líquida o yogur griego a la mezcla.
• Salsa más espesa: Antes de añadir el tomate, espolvorea 1 cucharadita de harina sobre el sofrito y remueve bien antes de incorporar el líquido.
• Versión light: Sustituye la carne por una mezcla de pavo y pollo, y hornea las albóndigas en lugar de freírlas (15 min a 200°C antes de añadirlas a la salsa).
• Toque gourmet: Añade a la mezcla 50g de queso parmesano rallado y un poco de ralladura de limón.
• Sabor mediterráneo: Incorpora a la salsa 1 cucharadita de orégano seco y unas aceitunas negras deshuesadas.

Para acompañar, te sugerimos nuestro delicioso arroz con costra al horno, un plato perfecto para completar tu menú.

5. Los mejores acompañamientos

Estas albóndigas en salsa de tomate son versátiles y combinan con muchos acompañamientos:

• Arroz blanco es el clásico, pero también puedes probar con arroz tres delicias para un toque oriental.
• Puré de patatas cremoso absorbe perfectamente la salsa.
• Pasta al dente como espaguetis o tagliatelle para un plato único.
• Verduras asadas como berenjenas, calabacín o pimientos.
• Pan crujiente tipo baguette para mojar en la deliciosa salsa.

Para más ideas de guarniciones, visita nuestra sección de guarniciones.

6. Conservación y recalentamiento

Las albóndigas en salsa de tomate se conservan perfectamente:

• En nevera: Hasta 3 días en un recipiente hermético. La salsa incluso mejora de sabor al día siguiente.
• Para recalentar: Hazlo a fuego lento en una cazuela con un poco de agua o caldo. También puedes usar el microondas, tapadas, a potencia media removiendo cada minuto.
• Congelación: Colócalas en un recipiente apto para freezer cubiertas completamente de salsa. Se conservan hasta 2 meses. Descongela en nevera la noche anterior.

7. Beneficios nutricionales

Este plato, preparado con ingredientes de calidad, ofrece:

• Alta calidad proteica de la carne (hierro, zinc y vitamina B12).
• Licopeno del tomate cocinado (potente antioxidante).
• Grasas saludables del aceite de oliva virgen extra.
• Fibra y vitaminas de la cebolla y ajo.

Para una versión más ligera, consulta esta receta de albóndigas light en Directo al Paladar.

8. Preguntas frecuentes

¿Puedo preparar las albóndigas con antelación?
Sí, puedes hacer la mezcla y formar las albóndigas hasta 24 horas antes. Guárdalas en nevera cubiertas con film transparente.

¿Cómo evitar que se rompan al cocinarlas?
Asegúrate de sellarlas bien al dorarlas, no las muevas demasiado en la salsa y usa suficiente pan rallado o huevo en la mezcla.

¿Puedo hacerlas sin gluten?
Sustituye el pan rallado por copos de avena sin gluten o miga de pan sin gluten remojada.

¿Qué vino combina mejor?
Un Rioja joven o un Ribera del Duero con cuerpo complementa perfectamente los sabores.

9. Conclusión

Las albóndigas en salsa de tomate son mucho más que un simple plato de carne: son tradición, sabor y amor en cada bocado. Con esta receta detallada, consejos profesionales y variaciones, podrás prepararlas como un auténtico chef en casa. Ya sea para un día especial o para congelar y tener siempre a mano, este plato nunca defrauda. ¿A qué esperas para poner manos a la obra? ¡Tu paladar te lo agradecerá!

Y si te ha gustado esta receta, no dejes de explorar nuestras ideas de bocadillos o refrescantes ensaladas para completar tus menús. ¡Buen provecho!

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